sábado, 29 de octubre de 2011

silencios

Yo siempre camino en direcciones contrarias, en calles que no están señalizadas, busco una mirada cómplice que me lleve a la cama, busco el amor que papa y mama no me dieron, busco el asesino de mi felicidad.
Tengo una mochila muy pesada para andar, llevo cargas de otros en mi espalda, y nunca las puedo quitar, siempre haciendo frente al destino erróneo que se cruza entre geranios con burlas enfermizas, que me atormentan en noches preciosas, llegan con una brisa, que paraliza todo alrededor de la manta blanca, que de apoco se vuelve oscura, no sé si es magia, no sé si es el diablo, no sé si dios existe, pero la paso mal en este mundo ingrato, que olvida a los corazones llenos de campos floreados, con manteles tendidos, y un plato que compartir siempre.
En el camino hay muros que separan el amor con la angustia, el sentimiento con tu ser, mi cuerpo con los labios frescos que tuviste al nacer, me consumo en una llamarada de canciones, que destruye todas las barreras que hay entre nosotros, y vuelves a sonreír.
No sé, si del otro lado, el que te va acompañando, te hace feliz, si solo te quiere en la cama, o si cuando te despide te deshace en un sentimiento que hace temblar el piso, y hace erupción el volcán que llevas dentro.
Los vientos del norte y del sur, se encuentran al final del camino, comienzan a jugar, y se llevan todo a su paso, tu cabeza anda igual. No sabes que hacer, y vienes, vas, vuelves, y te quedas en tu casa a pensar, mientras tanto alrededor, vomitan corazones rotos, corazones esperanzados de un final feliz.
Tomo de la mano, a una mujer apoyada en los gigantes ciclopes, que no son tan tontos como parecen, se comunican con señas, y si llevas una cuerda al hombro y una máscara reposada en la cabeza, te dirán – he amigo, como estas? Necesitas un lugar en las montañas, playa, a donde quieras te podemos llevar, solo tienes que darnos algo de dinero y tus problemas vamos a solucionar. Pero solo llevo, un monedero lleno de cuentas a pagar, jamás sobra en este lugar, siempre hay algo que pagar.
Aunque no estés conmigo, aunque siempre tengas frio, por las mañanas me prestas tu abrigo, me sonríes, y vuelves  mirando el sol, hasta que suenan campanas, de iglesias paganas, devuelvo tu gran abrigo, giro y marcho a todo vapor, me siento solo, desprotegido, siento que el mundo está perdido. Tratas de ayudar y me cantas – bebe no llores más, entiende que mamá no puede jugar, entiende que mamá a tu lado no puede estar, agradece que no te abandone antes del quinto mes, no quiero que seas infeliz, no quiero que seas igual a mí, recuerda que te comprendo, yo tambien quise el pecho de mama, pero no tuve el honor, duerme, duerme, y sé un gran hombre
tomas un diente de león y soplas muy fuerte, alejando mis sueños, quitándome las esperanzas. Saltas del balcón, y te alejas como ave de rapiña, te llevas todo, quedo un pedazo de trapo, pero no te preocupa, tus deseos no son matarme, lastimarme, ni nada. Pero el tornado aún sigue girando, y me soltó enfurecido a un suelo sin vida
Voy recuperándome, voy poniéndole vida a cada día, al trapo abandonado, y aunque no haya un donante, como corazón le puse un iceberg.
si nena, tu mente confusa me mato, tu amor al deseo me volvió loco, y tu filosofía me revivió.

las mujeres protegidas por aquellos gigantes, son golosinas que me convido no se quien, cuando en mis días había hambre y angustia. Me siento mal, pero así me enseñaste a pelear

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