viernes, 25 de abril de 2014

Eran pocas las palabras, pero cada letra era una delicia en mi mente. Podía imaginarme como se movían tus labios articulando cada cosa que sale de tus labios. En verdad, estaba impresionado. No escuche nada de lo que dijiste, hasta te despediste con un - Que tengas suerte, algún día nos encontraremos.
Entonces supe que te irías, pero jamas te llevarías el "Te amo" de mis labios. Fue una condena.

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